A LA ALDEA DEL ROCIO POR LA RAYA REAL

domingo, 19 de enero de 2014

QUE ESTABA HACIENDO EL CAMINO
ANOCHE SOÑÉ
Y METIO ENTRE LOS PINOS
FLOR DE ROMERO CORTE
COMO CUALQUIER PEREGRINO

Letra de unas sevillanas de Los Marismeños.
     
     Ando hoy por uno de esos lugares donde este humilde caminante esta cerca de la gloria, arranco en la Venta el Gato, y empiezan mis pasos a tomar dirección de la Aldea del Rocío buscando a la Reina de las Marismas, y aqui estoy en plena Raya Real, impresionante y emocionado al volver a un espacio idílico, conmovido de este lugar tan hermoso. Aunque lo he andado varias veces, quizás este momento no lo he tenido tan íntimo en otras ocasiones, hay paz en el aire, rumor de mis compañeros peregrinos y aunque la perspectiva no está clara por la niebla, si empieza este peregrino a tener poderío en este camino, enamorado del territorio que piso, palpo que soy cortejado por estos inmensos árboles y sosegado por su silencio, "silencio vegetal", silencio que ronda y envuelve, momento que al inicio del dia le gusta al peregrino para darle vueltas a sus cosas, no hay mejor rato en el camino que iniciar el dia siendo un monje místico hasta que el sudor de la frente te devuelve a la realidad.



     Aquí no hay cuestas, ni curvas, ni repechos, ni bajadas temibles para mis rodillas, aquí hay horizonte y mas horizonte, hermosos y expresivos árboles, arena y mas arena, con el convencimiento de que al final de este sendero volveré a un suelo fascinante junto a las marismas. En eso estoy cuando observo a mi alrededor lo que me ofrece la naturaleza de este sitio, los eucaliptos impertérritos, altos, orgullosos, guardianes del camino, ayudando al peregrino con su fragancia y con sus hojas posándose en el camino para ser alfombra del romero, y mas allá de la linde del sendero el pino piñonero.




     Se acaba la primera recta llegando a Palacio del Rey, descanso, respiro y vuelta al camino, la Virgen del Rocío está mas cerca y allá vamos, cambia el panorama, el camino se vuelve mas arenoso en algunos tramos, menos árboles y aún asi la senda no deja de ser fantástica. Hemos visto ganado alrededor del Palacio y es ahora en mitad del camino cuando percibo que no hace mucho rato por aqui ha habido una buena manada de ciervos, la arena no engaña y sus numerosas pisadas están ahí. Por circunstancias del andar ahora toca caminar y un poco de charla que de todo hay en la viña del Señor, es un gran momento este donde quizás a tus compañeros cuentas aspectos de tu vida que nunca sacas a la luz, será por el momento, por la gente que te rodea, pero es un buen tratamiento esto de hablar y escuchar. Cuando menos acuerdas vuela el tiempo y estamos llegando al Ajolí.





     Ya estamos en territorio del Rocio, llegando al Ajolí se nota ya otro ambiente, charret, caballistas, hasta la vegetación cambia, incluso aparecen chumberas y antes de dejar este sitio privilegiado me sumerjo debajo de los árboles, los abrazo hasta otra ocasión e intento aspirar su esencia mirando sus copas. Vuelvo la vista, y vuelvo a un segundo gesto y reviro y observo, se acaba el bosque, se terminan las miradas de los árboles, se acaba el silencio y el rumor del aire rozando las ramas, un dia un sabio pastor me dijo que a esta circunstancia el le llamaba "la paz del aire", a partir de ahora dejo de ser duende.

     Avanzo poco y estoy en la Aldea, solo me queda verla y a ello voy, ahora si late el corazón algo mas acelerado, el fin de este camino está cerca y acaba donde Ella se encuentra y tras el zigzagueo de la Aldea, me planto a sus pies y recuerdo aquella letra de Sevillana:

NO SE QUE TIENES ROCIO,
CUANDO TE MIRO A LA CARA,
CUANDO TE MIRO ROCIO,
QUE ME PARECE QUE SIENTO
QUE EL CORAZON SE ME PARA

Y ME ENTRA UN NO SE QUE,
Y ME DA UN ESCALOFRIO
CUANDO PRONUNCIO TU NOMBRE,
Y TU ME MIRAS ROCIO.

Letra de Sevillanas de Manuel Orta.




     Tiempo de intimidad frente a ella, poco mas que contar pues durante la ruta ya hemos charlado, ahora toca una visita a las maravillosas marismas, lugar maravilloso y milagroso, me gusta este sitio, aqui tengo, agua, tierra, aire puro, magia, yo la siento, y alli en el cercano horizonte oteo un grupo de amigos peregrinos que hemos disfrutado de camino, de amistad, de vivencias y lo vamos a seguir disfrutando ahora con una buena manzanilla, alguna que otra gamba y un poco choco, de todo quiere el cuerpo. BUEN CAMINO.

VIVA LA VIRGEN DEL ROCIO.

Jacinto Fuentes Mesa.
Entre otras cosas abuelo y peregrino.
Enero del 2014

Las fotos son deferencia de mi amigo Manuel P. Delgado.


     



0 comentarios:

Publicar un comentario