ALCAUDETE-BAENA, 3ª ETAPA DEL CAMINO MOZARABE DE JAEN

viernes, 24 de abril de 2015

     Hoy adelanto la salida, me quedan 25 kilómetros que son un elogio de camino, mas olivar, olivar bravío con alma de viejo. Mientras paso por delante de Santa Maria la Mayor, recuerdo la tarde de ayer en este magnifico sitio que se llama Alcaudete. Fijo la vista en una de sus portadas y me llama la atencion entre otras cosas, las dos conchas en la parte alta de la misma. A partir de ahi mientras camino y observo el gran Castillo Calatravo recuerdo las historias pasadas de aqui, que me contó Ana. Alcaudete es encrucijada de caminos, paso de gentes que dejaron huella dia a dia, conquistando este impresionante Castillo, enfermó el famoso rey que pasó a la historia como El Emplazado, justo en el tiempo que anunciaron los Hermanos Carvajales, "emplazándolo" al Juicio de Dios cuando fueron ultrajados y ajusticiados.


     Sigo mi camino y de vez en cuando vuelvo la vista atrás y se emociona mi mirada viendo la silueta de esa genial mole de piedra bien puesta. Absorto por la silenciosa soledad del camino avanzo metros, me acompaña hace unos minutos un huerto solar, al abandonarlo las flechas me indican un pequeño regateo entre olivos para coger otro camino, veo un par de cortijos, uno de ellos abandonado, debo saltar un arroyuelo y junto a él una graciosa indicación del camino Mozárabe, no muy lejos observo un pinar y bajando también veo un arroyo algo bravio, mi sorpresa es que hay que pasarlo, aunque no hay peligro, si hay que dar un salto con cuidado, en una pequeña subida llego a la carretera nacional, donde debo extremar el cuidado con la circulación.

     Tras dejar la carretera de nuevo olivar, bien marcado, el camino me sumerge en un espacio silencioso, donde solo los pájaros alteran el silencio de la naturaleza, al final un sendero poco a poco me hace ver en la lejania la Laguna del Salobral. Me contaron ayer que lo han intentado secar varias veces y que no han podido, y malintencionadamente sonrío viendo las aves surcar sus aguas y reconociendo que esta vez la naturaleza ha sido mas fuerte que la insistencia del hombre en borrar del mapa este humedal. Y es aqui, apoyando el trasero junto a la cepa de un olivo donde me aprieto un cacho de pan con aceite y mordisqueo un pequeño tomate.

     Abandono la laguna no sin volver la mirada y despedirme de ella. Nada mas abandonarla me hicieron la observación de seguir un sendero o continuar por una pequeña carreterilla, el sendero tiene premio, el tercer arroyuelo del dia, gusta la aventura, una aventura de tres pasos entre patuscos para no mojarte y una cuesta empinada entre olivos hasta llegar a la carreterilla. Con cuidado y sin sobresalto continuo por el asfalto un breve rato hasta que de nuevo entro en un sendero aparentemente llano. Le llaman a todo esto la "verea de Graná", al poco una finca con burritos graciosos, caballos que se acercan a la valla y un dueño que si te ve te pregunta si necesitas algo. Breve charla en la que me cuenta que el también fué peregrino. Mis pasos continuan buscando Baena entre olivos, sin prisa, me siento duende en un bosque de olivos sorprendente, quizás en tono melancólico pienso que en dos dias cambia el panorama. Ya voy a entrar a Baena, primero me desenfundo un pequeño descanso en una fuente a las afueras de la localidad y tras una escueta, pero empinada cuesta entro en Baena. Mis pasos se dirigen a la Parroquia de la Virgen de Guadalupe, tras presentar mis respetos, charlo en la puerta con un paisano del lugar y me dice que ha visto a un par de peregrinos pasar dirección del albergue. Me cuenta que él desde Baena ha peregrinado al Cerro del Cabezo y que de buena gana me acompañaría hasta donde yo quisiera.

     Vengo viendo desde lejos una fortaleza, y alli en lo mas alto me debo hospedar, tengo conocimiento de no perderme el Castillo, un museo del Aceite, el Museo municipal repleto de piedras romanas, ..........., unos medios de vino de la zona y un salmorejo que quita el "sentío"  ¡¡ todo se andará !!.

     Llegar al albergue tiene tarea, pero merece la pena. Hay tres peregrinos.

Jacinto Fuentes Mesa.
Abuelo y peregrino.