De Sarria a Portomarin, amor en cada paso

sábado, 4 de julio de 2015

     Amanece en Sarria, a pesar de mis años haciendo camino, no dudo ni me escondo que ando algo nervioso, será la incertidumbre de los proximos dias, las personas que llevo a mi lado, en fin intento rehacerme porque estoy en el camino, y solo esto da equilibrio, empezar un dia nuevo, andando al mismo sitio, o quizas un final que no es tal, porque nunca se acaba porque empiezas de nuevo.



     En una ocasión hablé de la subida a Barbadelo, tramo màgico para saborearlo y quitarse un buen rato del asfixiante ambiente de la urbe. nada mas cruzar el tablero sobre el arroyo ves la altiva manera de la arboleda, silencio ancestral, paz en el aire, subo con paso lento, tambièn como queriendo estar sin terminar, disfruto de este subida sin sufrir, como un acto de felicidad y acabo y recordando a Machado: "vuelvo la vista atrás y solo quedan estelas en la mar".

     Hoy ha sido un dia de recuerdos, veo a lo lejos la torre de la Iglesia de Santiago de Barbadelo y me recuerda mi primera vez por estas tierras, donde descubri en escaso espacio de tiempo paz, compañerismo y amistad. La subida se acaba, aunque lento no paro de andar observando la vegetacion exuberante a la que saluda al pasar.



     Enamorado del territorio, de vez en cuando amilano mi sed o mejor disimulo que bebo para asi pararme y seguir disfrutando del espacio donde estoy, no me falta animada charla con otros peregrinos donde nos abrimos con nuestras historias diarias aportando buenos sentimientos que luego acaban en amistad. Poco a poco traspaso el kilometro 100, Morgade, mas adelante Ferreiros, despues A Pena y asi paso a paso disfrutando de sendero me doy cuenta que ya estoy en ese mundo, el mundo del peregrino, el mundo del camino. Veo en la ruta a antiguos peregrinos que quieren libertad, tranquilidad y sosiego, mas que en años anteriores, quizas quieran dar lo que el propio camino les dió en su dia.



     Y asi como absorbido veo al frente una gran postal, Portomarin frente a mi, con esa espectacular iglesia de San Nicolás. Va haciendo algo de calor, cruzo el Miño y alguien me pregunta ¿que dia es hoy?, no se que responder, estoy en el camino y cuando se está peregrinando no sabes de horas, de dias, de meses, quizas andando hacia la tumba del Apòstol, el tiempo no exista.

Julio 2015

Jacinto Fuentes Mesa
Abuelo y peregrino.

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